Ella era una hermosa chica con una sonrisa que hablaba muchas cosas, de ojos curiosos y llenos de luz, que miraban su alrededor continuamente, él un viejo soñador que había olvidado ese sentimiento lleno de adrenalina que caracteriza a quienes sueñan con sentir el universo a sus pies.
Ella le contaba que quería conocer el mundo, que quería tener tiempo para pensar sus cosas, el la miraba y escuchaba lo que ella relataba con atención, su corazón palpitaba rápidamente y se preguntaba si el de ella también lo hacía.
Una desventurada mirada fue descubierta y fingió ver al horizonte, ella lo debió haber notado ya que rió por un instante antes de volver a la conversación, hablaban sobre cosas casi de manera aleatoria, desde cosas que vivieron en la mañana y sobre cosas que no tengo paciencia de recordar.
Una mano temblorosa jugueteaba con las llaves del auto y la de ella como entre parte de un gesto de cordura por saber que lo traicionaban los nervios, la tomó y un sinfín de emociones recorrieron su cuerpo, él la amaba.
Acordaron esperarse siempre sin estar esperando, quedándose de ver, eso era un hecho, pero la fecha se mantenía pendiente, como si no fuera necesario para ellos hablarla, como si los dos supieran donde encontrarse, como si estuviera ya dicho que se habrían de encontrar.
“Algún día” decía ella con una sonrisa sabiendo lo que le causaba al decirlo, y él sabiendo sus intenciones reía por dentro y murmuraba, algún día, entonces ella se daba la vuelta y él se quedaba un par de segundos mirándola alejarse, con esa sensación tan maravillosa que le causaba verla de nuevo.
Pasaban los días y esos encuentros espontáneos cada vez eran más necesarios, él apresuraba su paso para llegar puntual, ella, se divertía estirando el tiempo, y llegaba siempre con una sonrisa abriéndose paso por el gris y café alrededor, llenaba de luz la escena, al menos para él.
Como no ver la sonrisa en aquel viejo perdedor que lo había tenido todo y nada a la vez, como se transformaba su mueca de cansancio y agotamiento en una sonrisa de un tonto enamoradizo que acabara de ver a su musa, le hace tanto bien quererla, le recuerda que hay un motor que mueve al mundo mucho más poderoso que todo, el amor.
Nunca había visto que alguien se mirara como ellos lo hicieron, nunca hubiera podido describir de otra manera lo que despertó en él, y nunca pude saber lo que ella sintió, simplemente sé, que sucedió, yo lo vi, a través de los segundos, a través del espacio, les tomó tanto tiempo volver a estar juntos, y les duró tan poco, pero quizá esa magia tan envidiable, aún quede por algún lugar del universo o del tiempo, o al menos, espero que los dos piensen eso de vez en cuando…
By: Le Kath
Bueno, hace mucho que no comento nada de lo que escribo, y ahora lo haré porque esta es mi entrada número 100!! y quería subir algo que fuera parte de mí, algo que valorara mucho, esta historia la cuento desde lejos pero fué algo que yo viví, el amor más sincero que he sentido por la persona que me ha hecho más felíz en mi vida, las cosas no resultaron como yo hubiera querido, pero el sentimiento sigue vivo y a pesar que no es correspondido lo disfruto mucho, ya que es algo sincero y al que no le pongo restricciones para vivirlo, antes ella solía pasar por aquí amenudo, ahora no lo creo tanto, pero bueno, todo pasa por algo, y todo vuelve a su lugar si estaba fuera de él, solo sé que la quiero con todas mis fuerzas, en fin, por lo pronto me retiraré, si lo lees, gracias! espero que sea de tu agrado, si lo es, comentá! si no también, estoy para aprender...
1 comentarios:
aunque no lo creas sigo pasando por aquí jaja y me siguen encantando tus escritos... gracias
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