Amor banal, tristes recuerdos de la juventud, sinsabores rescatados por un vaivén de cuerpos entre las sabanas, intimidad a costa de heridas que nunca cerrarán, vacío que se genera con cada encuentro, y que se vuelve incapaz de llenarse de nuevo.
Miradas cómplices, incapaces de reconocerse a la luz del día, el antifaz se lleva solo cuando el sol puede revelar el resplandeciente brillo de unos ojos que ven lo que hay debajo de lo que los demás pueden ver, de noche todos son sinceros, nadie puede mentir, ¿Será por eso que se esconden en las sombras los amantes?
Amar por amar, decir te amo por evitar el silencio, compartir tu alma por no sentirse tan solo, por ocupar un espacio que alguien ya dejo abierto, limón con azúcar para tomar las cosas desde un sentido del humor ácido pero dulce.
Disfraz de piel para esconder la cama donde deberían dormir, labios que dibujan una sonrisa entrelineas en la mañana siguiente, algunas con un tinte rojo de culpa, otras con una blanca y amplia sonrisa de haber sacado el pudor por la ventana.
Cuentos que se reviven en la mente para pasar el rato, cuyo final se exagera para promoverse entre miradas acariciantes y propuestas indecorosas, cuentos que van desgarrando el interior de las personas, volviéndolas secas y que al llegar el verdadero amor, no saben distinguirlo entre una visión borrosa de un remedo de cariño, al que se vuelven adictas y del que no pueden escapar cuando sus garras se abren a recibirlos.
By: Le Kath
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