martes, 22 de marzo de 2011

Estaciones

De momentos vuelvo a vivir el intenso Octubre que vivimos tan lejos el uno del otro, y vuelvo a sentir esos maravillosos nervios cuando te veo, revivo el Septiembre de un comienzo tropezado entre dudas y el vaivén de le hablaré o no, pero vuelvo a abrir los ojos en el Febrero de su ocaso, y en el Marzo del final definitivo.


Quizá este sea mi calendario, ¿o el de ambos? A lo mejor, de nuevo que el destino te llevará lejos y Agosto me traiga un amor de mentiras, o quizá me lleve lejos a mí también, y estemos cerca, de nuevo. Y por si las dudas, no te hablaré en Febrero, que una vez, no me ha funcionado ya, y la primavera llego amarga para mí este año.

Me pregunto qué pasará el verano conmigo, si volveré a cometer los mismos errores, o si la gracia llegará llegando el otoño como cuando llegaste a mí, en un encuentro inesperado gracias a la ruleta en la letra E, que te dije que giré en aquella ocasión.

Me pregunto también si el otoño traerá algo más que fotos azul-blancas y rojas, me pregunto si la maison tendrá lugar para un desconocido en tantas horas de diferencia que hay para allá, me pregunto si estando lejos, volverás a creer en el silencio, diferente claro, a en el que vivimos ahora.

Espero con ansias que el invierno toque ya la puerta, en pleno Marzo, porque definitivamente fue la estación más cálida para mí, al menos el pasado, quisiera poder hablarte como en noviembre, contando los días para tu regreso, o volver a recibir Enero con la ilusión prendida de un sentimiento tan grande que los meses ni las estaciones cambiarán.

Solo me queda esperar a que termine el tiempo en que estés aquí, en silencio probablemente, y esperar que las hojas del calendario corran rápidamente, esperando un milagro de esos a los que sólo los locos pueden esperar.

Pues aunque me digan todos que te he perdido, porque todos me digan que ha terminado, que no me haga más daño, simplemente tus ojos merecen que pasen los años, tu sonrisa merece que la primavera se coma al invierno mil veces y esa estática que me hace sentir tan vivo cuando te veo, hace que te pueda esperar, hasta el último de mis días, sin necesidad de buscar a nadie más… pues… te amo.

By: Le Kath
 

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Old House

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