Y no es culpa de ninguno de los dos, así es su naturaleza, los poetas son incapaces de controlar sus emociones y en base de impulsos y espontaneidades, van haciendo en el aire castillos para sus doncellas, dejándolo todo, poniendo su alma entera en cada una de sus acciones, ellas son presa de los poemas y se enamoran, pero luego van descubriendo el lado vacío del poeta, que por haber ya ofrecido todo, no tiene nada más que ofrecer, y ¿Quién puede amar a alguien que no es nada? Así es nadie.
Y por siglos se han ido extinguiendo las dos partes, suicidios, crímenes pasionales, soledad, todos ellos jugando un papel importante en la desaparición de ambos, al grado de ser difíciles de encontrar, y más aún de enamorar, pues un poeta no podría enamorarse de alguien que no fuera todo para él, y podría tener mil amores, y mil historias, pero solo una musa, una musa que hasta el último suspiro recordará, y probablemente recordará que nunca fue de él.
En la actualidad, poetas y musas viven en un mundo que no sabe apreciar al amor, lo comercial, lo sin sentido, lo vacío y lo falso son los nuevos estandartes que porta el falso amor, por lo que hace que el poeta se disfrace de deportista, y la musa de cantante de pop.
Pero de esas raras ocasiones que un poeta encuentra a su musa, se vuelve a repetir la vieja y entrañable historia de vaivén en el que el poeta siempre será el perdedor, quien sabe si algún día llegará una musa a rescatar a su poeta del letargo, quizá algún día se de esa inexplicable situación en que pueda a llegar a enamorarse a una musa, de un vacío poeta que le entrego su corazón.
Hoy soy poeta enamorado de una musa, hoy me enteré que me quería, y hoy mismo me enteré que no será mía, hoy en un encuentro espontaneo, fui testigo de cómo se destrozó mi alma y mi corazón, hoy sé que estoy condenado a un amor no correspondido, y hoy me di cuenta que aun así no podré dejar de sentirlo, hoy quisiera acabar conmigo mismo con mi alma de poeta y con mi trino, quisiera ahogar el amor que siento por mi musa, y desahogar el nudo de mi garganta con el mundo banal que me rodea, pero he nacido poeta, he nacido para amarla, y hasta el día que me muera, no seré capaz de olvidarla.
By: Le Kath
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