sábado, 28 de diciembre de 2013

Mi historia con una fan de Bukowski

Cuando menos lo esperaba, un mensaje que mandé por un impulso te hizo despertar, estabas por terminar tu carrera, y fue este gentil gesto de mi parte el que te hizo voltear a verme, ya teníamos tiempo de conocernos pero jamás habías sido parte de mi vida y yo francamente siempre pensé que nunca sería parte de la tuya.
Bastaron 5 minutos el primer 26 que salimos para saber que eras especial, sensible, cariñosa, inteligente, un sinfín de cualidades que pude percibir en ti de manera sin igual, mi poca habilidad con las mujeres que me parecen atractivas no pudo rescatar mucho de interacción, un abrazo de despedida después de aquella noche en que tomé un café con licor de naranja con el nombre de un revolucionario en un café escondido en las calles de la zona céntrica de la ciudad de Saltillo.

Recuerdo que llegué más emocionado que nunca a mi hogar, jamás había conocido a alguien así, recuerdo que esperaba con ansias que la pantalla de mi celular encendiera y que aunque tardabas en contestar un par de minutos, lo que demoraba yo era cuestión de fracciones de segundo. Me enamoraste al segundo día.
Nuestro primer beso fue el día que te entregaron los papeles, ordenando en una pizzería, sabiendo que preferías el sushi, ese lugar es ahora parte de mis lugares favoritos, aunque ahora por mi enfermedad no podría comer ahí, cada que paso el aroma del queso y el pan me recuerda el de tus labios.

Empezamos a ser novios 3 semanas después que emoción, prepare con esmero una galleta de la fortuna preguntándote adentro si querías ser parte de mi vida, incluí tus números de la suerte 26 – 06 -13, recuerdo que ese día estabas molesta y que se volvió sumamente importante al final, siempre me gustó como te sentaba el negro.

Pasaron los días y cada día iba todo mejor, nos comprendíamos completamente, siempre me gusto como fuiste de entregada y dedicada conmigo, sentía que podríamos habernos casado en ese mismo instante. Y de haber tenido el dinero del registro civil quizá lo hubiéramos hecho.

Me hacías atreverme a cosas que no había hecho jamás, irme de pinta, esconderme de la realidad, ir a una ciudad que se supone que debería de conocer pero que no tenía ni idea de por dónde iba conduciendo, a tu lado me sentía sumamente libre. Es una sensación que ahora intento recuperar.

Éramos un par de locos impulsivos amorosos y llenos de energía, el mundo nos quedaba pequeño y nuestros planes eran demasiado grandes para una sola vida, recuerdo que ya teníamos toda nuestra vida planeada con cosas hermosas y cada día las horas se nos volvían segundos.

Inclusive te hiciste amiga de mi madre, cosa que te he de confesar difícil, recuerdo que me regañaba cuando nos llegábamos a enojar, y que se la pasaban recibiendo mensajes de la una a la otra, inclusive te llegó a decir que tomaras clases con ella, lo cual creo que hubiera sido buena idea para que mejoraras lo que querías hacer de pintar.
Recuerdo nuestros últimos momentos juntos, por el día discutíamos y por las noches volvíamos a amarnos como si nada sucediera, cometí el peor error que pude haber cometido, y es fecha de que aún lo lamento.

 Al igual que su llegada nuestro amor se apagó de pronto, sin dar aviso, repentino, abrupto, hiriente, obsceno, me dejaste con una rosa en la mano y la bebida en la otra, intento ahogar a diario lo que siento, confieso que te llamo a propósito para ver si reaccionas, pero no das señal de vida alguna.

Decidí ocuparme para que no me afectara más esto, sin embargo creo que alguien debería de saber lo que sucedió por si un día dejo de contar nuestra historia, por el día de hoy me he quedado sin palabras, o quizá sea que mi tristeza no conoce más palabras que puedan expresar y deba dejar de escribir en este momento.


Adiós.

He arriba 666 palabras para una historia que termino de la misma diabólica manera, tristeza eterna de un final que pudo ser feliz, pero los demonios de alguien que no sabe valorar un amor, y de quien no tiene la madurez para aceptar que todos somos humanos, acaban con la más sólida de las relaciones y con el más grande de los amores.

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Old House

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By Le Kath