Balanceo mi pluma azulada, si aquella que me quedó de tu tocado, la empapo un poco en tinta más obscura que aquellas noches de invierno en que me lamentaba tu partida, y escribo garabatos incomprensibles hasta para mi, que luego desecho simplemente porque no merecen ser parte del final de nosotros, nuestro final debe ser demasiado sutil para dejar aires de desconcierto en quienes sepan de nuestra historia, pero lo suficiente denso para saber que no habrá continuaciones.
Vienen a mi nuestros recuerdos y creo que no deberían de lastimarme tanto, después de todo, ya habrá alguien más que dance conmigo en las calles húmedas de los rincones olvidados de Viena, ya habrá alguien que comparta esas tardes veraniegas alado de un lago que después se trasladan a noches de mil estrellas que solo dos amantes pueden unir para formar con ellas palabras de amor.
Sigo sin poder escribir un final, arrugo la enésima hoja de papel de mis intentos fallidos y hago un errado disparo a la papelera, enciendo una vela porque se ha consumido la poca luz q entraba en el despacho, estaba por vencerme pero el último sorbo de tinto me ha despertado un poco la imaginación, empiezo a escribirte algo, todo lo que me hiciste sentir, y lo mucho que me costó saber que te habías ido, mi azulada pluma ondula recordando viejas fotos y tardes inolvidables.
Ya casi amaneció, no he comido nada en no sé cuánto tiempo y mis ojos han sido torturados por interminables horas frente al escritorio, pero creo que ha valido la pena, al fin encontré las palabras adecuadas para describir y culminar lo que pasó entre nosotros, era tan obvio y tan complicado, tan hermoso y tan complicado, creo que jamás encontraría mejor manera de expresarle al mundo de nuestro reino caído. Esta carta reza las siguientes palabras que jamás olvidarás: “…"
Le Kath
Hay veces que simplemente nos cuesta demasiado olvidar a alguien, y tenemos que cerrar el ciclo de una manera que nos permita estar en paz con ello, hace tiempo me pasó algo parecido, y ayer hablando con dos personas a las que quiero mucho recorde eso, y supe que debía escribir algo al respecto
1 comentarios:
Melancolicamente cierto. Cuando la voz no alcanza el escribir ayuda mucho.
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